¿Te gustaría conocer más a fondo qué es el Renacimiento, dónde y cuando se originó, y cuáles son sus claves principales? Es un tema con el que podríamos extendernos mucho, pero hoy en Experiencias con Arte vamos a hacer una pequeña síntesis para poder comprender en pocos minutos por qué el renacimiento fue el movimiento cultural revolucionario que marcó el final de la edad media y el comienzo de la edad moderna. Comenzamos: El Renacimiento consistió, como su propio nombre indica, en el renacer de la cultura clásica. La vuelta a las ideas culturales y la forma de creación artística creadas durante la Grecia y Roma antiguas. Este movimiento surgió en la Europa Occidental. En primer lugar en Italia, y de ahí se extendió en distintas modalidades por los territorios europeos. Comenzó a irrumpir en el siglo XV y continuó desarrollándose durante el siglo XVI. El Renacimiento marcó en la historia universal la transición entre la edad media y la edad moderna. Esto se debió a los numerosos avances en el campo de las ciencias humanas y naturales, y se vivió como un momento de esplendor cultural. Si hay un cambio trascendental a partir del renacimiento, es sin duda que tras los siglos medievales en los que la vida religiosa y la figura de dios constituía el centro de toda la cultura existente, a partir de los siglos renacentistas se comienza a dar una importancia nunca antes vista a la figura del hombre. Es por esto que a este momento cultural se le llama habitualmente humanismo. Los dogmas religiosos pasan a un segundo plano o incluso pueden llegar a ser rechazados por la clase productora de capitales, y esto abre las mentes hacia el camino del avance científico. Aquí es cuando empieza a surgir la observación de la naturaleza de forma más incisiva, y se empieza a oir hablar de método científico. La vuelta al orden clásico: El Renacimiento es descrito como una auténtica ruptura con las estructuras anteriores, a nivel estético es mucho más fácil de apreciar y por ello se extiende de forma absolutamente revolucionaria durante pocas décadas por los distintos territorios europeos. Tras el caos de las ciudades durante los últimos siglos de la edad media, con el crecimiento demográfico, una de las obsesiones del racionalismo renacentista fue solucionar este desorden urbanístico estableciendo fórmulas basadas en los rasgos arquitectónicos clásicos: el orden y la simetría clásicas, los elementos decorativos y de sustento de forma armónica y con el fin de mejorar la vida de las personas en la ciudad. Por ende, vuelven los arcos y las bóvedas, los grandes pórticos y portadas de edificios totalmente simétricas. Es precisamente en Florencia, Italia, donde surge su base más purista, y desde ahí va tomando diversas formas hasta llegar al manierismo en otras zonas geográficas y a medida que este estilo de la vuelta a lo clásico iba evolucionando. 5. Una de las grandes revoluciones a nivel pictórica de la época renacentista es el tratamiento de la perspectiva. El renacimiento transformó el lenguaje de la pintura europea de forma irreversible y la representación de las tres dimensiones fue uno de sus grandes logros. Orgullosos de este hallazgo, vemos como los pintores incluyen gran variedad de recursos arquitectónicos en los que emplazan uno de los grandes géneros de la época, el retrato.