Al cocinero japonés le llega el sésamo paraguayo en coloridos y graciosos envases de plástico. En pasta, triturado o tostado para preparar infinitos platillos tradicionales. Solo que antes de que llegue a sus manos existe una cadena de producción, transporte e industrializción cuyo control de salubridad será reforzado desde Paraguay dentro de poco tiempo con unos análisis de residuos químicos por parte del Senave. Realizaron este anuncio en el Seminario Internacional del Sésamo en Asunción ante comerciantes e industriales japoneses. El presidente de la Cámara de Exportadores de Sésamo, Toshikazu Shirosawa, anunció que para volver a proveer en los volúmenes que se registraban hace cinco años iniciaron un programa de incentivo a los pequeños productores con el apoyo del Ministerio de Agricultura. "Esperamos llegar a un promedio de 800 kilos por hectárea, que quiere decir 80.000 toneladas de producción de sésamo en 2018", dijo. Pero para eso hay que realizar diversos trabajos como distribuir sembradoras manuales para motivarlos a practicar la siembra directa y que así aumenten sus rendimientos. El manejo del suelo podría ser una de las causas por las que el rendimiento promedio sigue siendo de 600 kilos por hectárea. "La utilización del fuego en el pequeño productor es muy arraigado. Otra vista que tenemos es la práctica de la arada. Lo que proponemos es algo semejante, o el inicio de la adopción del sistema de siembra directa. Tenemos surcados hechos con tractor y en esos surcos hacemos la siembra", explicó por su parte el profesor Ramón Martínez, de la Facultad de Ciencias Agrarias, UNA, filial P. J. Caballero Esta oleaginosa es uno de los principales cultivos de renta de las familias campesinas, junto con la chía y el algodón. Capexse estima este año un ingreso total de US$ 75 millones para los que se dedicaron a este rubro. Estos ingresos podrían crecer y beneficiar a más familias si se aplican mejores tecnologías de cultivo.

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