Los afectos nublan nuestra visión y nos llevan a la posesión del otro por miedo a la soledad.Amar es algo casi desconocido para la mayoría de nosotros, pues seguimos sintiendo que solo lo nuestro es merecedor de afecto.Pensamos que "lo nuestro es lo mejor" lo que merece ser querido pues lo otro, lo desconocido, ha de ganarse nuestro amor a través del correcto comportamiento.