La Delgada Linea Entre lo Ético y lo Legal - Tú y las Finanzas

submitted by IMEFITV on 05/06/16 1

Conscientes de que no todo lo ético es legal y que no todo lo legal es ético y teniendo presente la diferencia entre el asistencialismo y el apoyo a la actividad productiva para alcanzar un mayor dinamismo económico y con ello mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto, es oportuno recordar que nada en esta vida es gratuito, en el más eficiente de los casos existen bienes o servicios subsidiados, es decir, proporcionados por el Estado con cargo a los impuestos pagados por los contribuyentes –personas físicas o morales-, destacando que no todos los ciudadanos y/o comercios son contribuyentes y no todos los contribuyentes se benefician de los subsidios. Lo anterior es oportuno recordarlo para estar en condición de separar lo deseable de lo posible al momento de fundamentar nuestra toma de decisiones, particularmente aquellas que afectarán –positiva o negativamente- nuestra calidad de vida en el mediano y largo plazo. Ejemplo de lo anterior puede ser nuestro Fondo de Ahorro para el Retiro, el cual como sabemos no es un ahorro fraccionado del cual podamos disponer discrecionalmente para cubrir nuestro gasto corriente, sino un ahorro fraccionado y sistemático cuyo principio y fundamento es generar un interés compuesto que permita multiplicar el valor de dicho ahorro en el largo plazo para cubrir en el futuro nuestra carga de gastos fijos una vez que lleguemos a edad de retiro. Con base en lo anterior, podemos entender la importancia que tiene para todo aquel que se encuentre en edad productiva destinar un porcentaje de sus ingresos para incrementar dicho Fondo de Ahorro para el Retiro, es decir, realizar aportaciones voluntarias que sumadas a las aportaciones de Ley generen un interés compuesto en el largo plazo que le permita –cuando menos- mantener el estilo de vida que se tiene mientras se es económicamente activo. Situación que merece particular atención, toda vez que un considerable porcentaje de los trabajadores afiliados al IMSS ignoran la forma en que se constituye su Fondo de Ahorro para el Retiro y no solo lo limitan a las aportaciones de Ley, sino que suelen aceptar una afiliación a dicho Instituto bajo el reporte de un nivel de ingreso inferior por parte del patrón a cambio de mayor liquidez inmediata, lo cual a simple vista pareciera benéfico para el trabajador, pues supone un mayor nivel de ingresos para cubrir su gasto corriente, sin embargo, el problema se hace presente llegada la edad de retiro, en la cual no habrá más ingresos recurrentes, sino únicamente la “pensión garantizada” pagadera con el producto de nuestro Fondo de Ahorro para el Retiro, pero si no hemos ahorrado lo suficiente o aun habiéndolo hecho, nuestro Fondo de Ahorro para el Retiro no ha sido administrado de forma adecuada, definitivamente no estaremos en condición de recibir una “pensión garantizada” que nos permita cubrir nuestra carga de gastos fijos. Siendo este un ejemplo de la diferencia entre lo ético y lo legal y más aún lo conveniente, pues si bien puede ser ético dotar de mayor liquidez inmediata a los trabajadores, también es cierto que no solo es ilegal, sino también contraproducente. A la luz de esta realidad, es importante que nos tomemos el tiempo para conocer el funcionamiento de las cosas y con ello estar en condición de exigir lo que por derecho nos corresponde, conscientes de que somos los únicos responsables de la construcción de nuestro propio Fondo de Ahorro para el Retiro y tan importante como lo anterior, entender que la única forma probable de multiplicar dicho patrimonio en el mediano y largo plazo es proporcionando financiamiento a la actividad productiva, lo cual podemos hacer, por ejemplo, mediante nuestro propio Fondo de Ahorro para el Retiro, mismo que será administrado acorde con la liquidez correspondiente a nuestra edad, es decir, cuanto más jóvenes seamos mayor diversificación habrá en instrumentos de Renta Variable -como las Acciones o FIBRAS, entre otros instrumentos de inversión- que es la que puede multiplicar nuestro patrimonio en el mediano y largo plazo, mientras que a mayor edad se canalizarán nuestros ahorros a diferentes instrumentos de inversión como la Deuda Soberana, lo cual si bien supone un menor rendimiento, también es cierto que minimiza el riesgo asumido al tiempo que contaremos con mayor liquidez como se expone en la 2da Edición de “El Manejo de Capitales en el Siglo XXI” cuyo Autor es José Luis Lecona Roldán, MBA y Money Manager de FX Global Management, LLC.

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