De acuerdo con El Financiero, China es nuevamente el epicentro de la turbulencia financiera internacional, lo cual explica mediante cinco gráficas que demuestran por qué tantas economías del mundo dependen ahora de este país. En este contexto, luego de que se anunciara la suspensión de las operaciones bursátiles durante ciertas jornadas, los inversionistas vieron esta situación como una muy mala noticia, pues la percepción fue que no se trataba únicamente de una cuestión financiera, sino que la situación económica del país no era del todo positiva como lo plantean las autoridades. Lo anterior considerando que durante los últimos 20 años, China aprovechó su potencial productivo y pasó de ser un productor de mercancías con elevados márgenes de valor agregado a ser uno de los principales jugadores a nivel mundial en todos los ámbitos, ya que sus tasas de crecimiento fueron apoyadas por una elevada demanda de materias primas, principalmente energéticos y alimentos. Así las cosas, China se convirtió en uno de los principales receptores de inversión a nivel mundial, tanto directa como de cartera, lo que la llevó a acumular el mayor monto de reservas internacionales a nivel mundial, al tiempo que se consolidó como uno de los mayores inversionistas tanto en economías desarrolladas como emergentes, por lo que el nivel de interacción que consolidó China a nivel mundial ya es un factor de preocupación para los inversionistas, puesto que una reducción o aumento en su tasa de crecimiento económico significa una contracción o una expansión para el conjunto de economías que dependen de este gigante.

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