Parecía la inversión perfecta: réditos de hasta el 8% y la sensación de estar ayudando al medio ambiente. A decenas de miles de inversionistas privados les atrajo la publicidad de la empresa energética eólica Prokon y le confíaron hasta mil cuatrocientos millones de euros. Pero ahora, Prokon está al borde de la quiebra y los inversionistas temen por su dinero.