"Banquero estatal", "embustero", "rompe tabús": con estos términos, los medios califican a Martin Blessing. El presidente del Commerzbank está bajo el punto de mira como ningún otro banquero en Alemania. No es de extrañar, si se tiene en cuenta que gracias a los contribuyentes alemanes el banco hizo frente a la crisis: un 17 % de sus acciones pertenece ahora al estado.