Mónica está atravesando la etapa final del duelo producto te la pérdida de su hijo Gastón. Antes de ir al cementerio a darle el adiós definitivo y comenzar su etapa de aceptación, decide recorrer algunos recuerdos y lugares que han atravesado juntos y que deja descriptos en una carta. El adiós será definitivo, pero el recuerdo es permanente.